Este es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo

Hermanos míos, cuando aquella Trinidad se manifestó sensiblemente en la carne, apareció la Trinidad entera en el río en que Juan bautizó al Señor. Una vez bautizado, salió del agua, descendió la paloma y sonó la voz desde el cielo: Éste es mi Hijo amado, en quien me he complacido (Mt 3,17). El Hijo se manifiesta en el hombre; el Espíritu en la paloma; el Padre en la voz. Algo inseparable se ha manifestado separadamente; supuesto el caso de que pueda hablarse de cosa y no más bien de la causa de todas las cosas, y eso si se puede hablar de causa. ¿Qué es lo que decimos, cuando hablamos de Dios? Hablamos de él, y lo permite él mismo, que no es como se le piensa y del que no puede hablarse ni siquiera en el modo como se le piensa. Mas he aquí que en atención a los hombres, hermanos, se manifestó sirviéndose de una paloma, y así se cumplió: Sobre él florecerá mi santificación. Florecerá, se dijo; esto es, se manifestará claramente, pues nada hay más resplandeciente y más visible en un árbol que su flor

San Agustín.- Sermón, 308 A, 5.