«Recibir la ceniza es confesar nuestro parentesco con este mundo de polvo, es declarar que estamos listos para abdicar de las pretensiones de omnipotencia. Estando ante Dios de esta manera, confieso que no soy Dios. Admito el abismo que me separa de Él. Acepto la desasosegante alteridad De Dios. Él es lo que yo no soy, aunque mi ser lleve su impronta. Anhelo una plenitud que ninguna cosa creada puede dar».

Erik Varden
La explosión de la soledad