Algunos le hablaban del tempo

Las mansiones del cielo. Algunos mostraban a Cristo los maravillosos trabajos realizados en el Templo y la belleza de sus ofrendas votivas. Esperaban que admirara el espectáculo tanto como lo hacían ellos; pero Él es Dios y el cielo es su trono. No consideró importantes aquellas construcciones terrenas. Nada eran en comparación con las mansiones de arriba. Cambiando el sentido de la conversación, Cristo les advirtió que a pesar de la admiración que sentía por la grandiosidad del Templo, llegaría el tiempo en que éste sería destruido en sus cimientos. El poderío de los romanos lo hizo posible y Jerusalén fue destruida. Israel sufrió todo esto después de la crucifixión del Salvador.

San Cirilo de Alejandría.– Comentario al Evangelio de Lucas, 239.