La venida del Espíritu Santo

La misión apostólica. Cristo envía a los discípulos lo mismo que el Padre le había enviado a Él, para que mediante estas palabras comprendieran la misión que les encomendaba, es decir, la de llamar a los pecadores a la penitencia, curar, en el cuerpo y en el espíritu, a los que estaban enfermos, y en el reparto de las cosas, no buscar ciertamente la propia voluntad, sino la voluntad de aquellos a los que eran enviados y, en la medida de lo posible, salvar con su enseñanza al mundo. Y no es difícil saber cuánto se prodigaron los santos apóstoles en todo: basta leer los Hechos de los Apóstoles y los escritos de san Pablo.

San Cirilo de Alejandría.- Comentario al Evangelio de Juan, 12,1.