Y no podía hacer allí ningún milagro

Obstáculos a la gracia de Dios. Cristo confió entre algunos de manera sobreabundante el poder de las curaciones, hasta el punto que el evangelista pudo decir: “Y curó a todos de sus enfermedades”. Pero con otros el abismo sin fondo de todas sus buenas acciones se cerró de tal manera que por eso se dice: “Jesús no podía hacer con ellos ningún milagro por culpa de la incredulidad de aquellos”. La liberalidad de Dios se acopla a la capacidad de la fe humana de tal forma que pudiera decir a uno: “Hágase conforme a tu fe”; y a otro: “Vete, que se cumpla conforme has creído”, y a un tercero: “Que se haga lo que deseas”, y también a otro: “Tu fe te ha salvado”.

Juan Casiano.- Conferencia, 13,15.