¿Esperamos a otro?

¿Quién es el que ha de venir? No hace esta pegunta por ignorancia, ya que él mismo lo había mostrado a los ignorantes diciendo: “He aquí el cordero de Dios que quita el pecado del mundo”, y había oído la voz del Padre que proclamaba como un trueno: “Este es mi Hijo amado en quien me complazco”. Pero así como el Salvador pregunta dónde han puesto a Lázaro para preparar la fe, por lo menos de este modo, a los que le indicaban el lugar del sepulcro y habría de ver resucitado al muerto, así Juan, que iba a ser matado por Herodes, envía a sus discípulos a Cristo para que en esta ocasión, al ver sus signos y milagros, creyeran en él y aprendieran a través de la pregunta de su maestro.

San Jerónimo.Comentario al evangelio de Mateo, 2, 11, 33.