Había un hombre llamado Zaqueo

LA SITUACIÓN DE ZAQUEO. Zaqueo era jefe de publicanos, un hombre extremadamente avariento cuyo objetivo era la ganancia. Esta era, en efecto, la práctica de los publicanos, la cual fue calificada por Pablo de “idolatría”, posiblemente por ser característica de quienes no conocen a Dios. Por ello es muy verosímil que a quienes se revestían de publicanos libre y desvergonzadamente, el Señor los uniera a las prostitutas, diciendo a los maestros judíos: “Las prostitutas y los publicanos os precederán en el Reino de Dios”. Pero Zaqueo no se quedó entre ellos, sino que mereció la clemencia de Cristo. Su persona, en efecto, llama a que se aproximen a Dios aquellos que están lejos y alumbra a quienes viven en tinieblas.

San Cirilo de Alejandría.– Comentario al Evangelio de Lucas, 19,2.