Todo el que se ensalza será humillado

La humildad y la soberbia. Entre las personas castas hay algunas que son humildes y otras que son soberbias. Los soberbios que no se prometan el Reino de Dios. La castidad consagrada conduce, sin duda, a un lugar más destacado, pero quien se exalta será humillado. ¿Por qué buscas con ansías de destacar el lugar más elevado, que podrías alcanzar sencillamente si te mantuvieses en humildad? Si te elevas, Dios te abate; si tú te abates, Dios te eleva. La afirmación es del Señor: nada se le puede añadir ni quitar.

San Agustín.- Sermón 354, 8.