Donde está vuestro tesoro, allí está vuestro corazón

Guardar el tesoro en los cielos. Esto es lo que hace un tesoro: eleva hasta el cielo el corazón del hombre mediante la limosna o lo sepulta en la tierra por la avaricia. Por eso dijo: “Donde está tu tesoro, allí está tu corazón”. Hombre, manda delante tu tesoro, envíale a los cielos para que no hundas tu alma celeste en la tierra. El oro proviene de la profundidad de la tierra, el alma de las alturas del cielo. Por tanto es mejor que el oro emerja hasta los tronos del alma, que el alma se sumerja en ese sepulcro del oro. Por eso, a los que se han despojado de todos los cuidados de las riquezas y se han liberado de todas las cosas, Dios les manda luchar a favor suyo en el mundo y les concederá reinar en el cielo.

San Pedro Crisólogo.- Sermón, 22,3.