Hermano deja que  saque la mota que hay en tu ojo

Los hipócritas no ven la mota en sus propios ojos. Nos ha enseñado que el juzgar a los demás es muy malo, peligroso y causa de nuestra última condenación, pues había dicho: “No juzguéis y no seréis juzgados, no condenéis y no seréis condenados”, y así nos persuade con los necesarios argumentos para que no pretendamos juzgar a los demás, para que cuidemos nuestros corazones y procuremos alejar las pasiones que se encierran en ellos, es decir, las enfermedades, y tendamos hacia Dios. En verdad, Él es el que cura a los contritos de corazón y libera nuestra alma de las enfermedades.

San Cirilo de Alejandría.- Comentario al Evangelio de Lucas, 6,33.