Amarás al Señor tu Dios

La perfección del amor.- No es propio de cualquiera alcanzar la perfección de la caridad y conocer a quien verdaderamente ha de ser amado, sino sólo de quien ha abandonado el hombre viejo, corrompido por los deseos engañosos, y se ha vestido del nuevo, que se renueva mediante el reconocimiento a imagen del Creador. Así, el que ama las riquezas, y se dedica de manera desmesurada a la belleza corruptible del cuerpo, y prefiere esta pequeña gloria, puesto que ama esas cosas que no debía con afán desmedido, ese tal permanece ciego respecto a la contemplación del que hay que amar en realidad.

San Basilio Magno.- Homilías sobre los Salmos, 44,2.