No se lo prohibáis

Fomentar las buenas obras hechas por Cristo. No debe extrañarnos que se obren prodigios mediante algunos sujetos que no pertenecen a su templo o no pertenecen todavía, es decir, mediante aquellos en los que no habita o todavía no habita. Recuerda a aquel sujeto que en nombre de Cristo expulsaba los demonios, aunque no seguía a Cristo. Cristo le permitió que continuara, porque así recomendaba su nombre, que era útil a muchos. El centurión Cornelio, antes de ser agregado a ese templo por la regeneración, vio que le enviaban un ángel y le oyó decir que habían sido escuchadas sus oraciones y aceptadas sus limosnas.

San Agustín,- Carta a Dárdano, 187, 12, 36.