María se levantó y marchó deprisa

La humildad de María.- Por eso entra en casa de Zacarías y saluda a Isabel, de quien sabía que iba a dar a luz al siervo y precursor del Salvador; no porque dudara del oráculo que había recibido, sino para congratularse por el don que, como sabía, se le había concedido a su consierva; no para probar la palabra del ángel con el testimonio de una mujer, sino para que la joven virgen diligente se entregara a cuidar a la mujer entrada en años.

San Beda el Venerable.- Homilías sobre los Evangelios, 1,4.