Sentado Jesús frente al gazofilacio

Manos vacías. El Señor os mira; os mira, dijo Jesús, cuando os acercáis al gazofilacio y pensáis que debéis dar una limosna a los necesitados, como recompensa por vuestras buenas obras. ¡Qué gran cosa, por tanto, que ofrezcas tus monedas y adquieras el cuerpo de Cristo! Así pues, no te presentes con las manos vacías en la presencia del Señor tu Dios: vacías de misericordia, vacías de fe, vacías de castidad. En efecto, el Señor Jesús no acostumbra a mirar y alabar las cosas vacías, sino las que son ricas en virtudes.

San Ambrosio.- Sobre las viudas, 5,32.