Yo soy la vid verdadera

Unidos a la vid mediante el Espíritu.- El quiere mostrar lo provechoso que es amar, el estar atado al amor por Él y cuánto ganamos por estar unidos a Él. A modo de ilustración dice que Él es la vid y llama sarmientos a los que están unidos a Él, fijos y enraizados en cierto modo en Él, hechos ya partícipes de su naturaleza por la participación del Espíritu Santo: en efecto, el que nos ha unido a Cristo, nuestro Salvador, es su Espíritu Santo, la unión a la vid de los que se le acercan es voluntaria, pero de la vida procede que nos mantengamos unidos a ella. Por la buena elección nos hemos acercado a Él, hemos llegado a ser de su estirpe, habiendo obtenido ¡la dignidad de la filiación adoptiva! Dice que Él es la vid como madre y nodriza de sus sarmientos. Hemos sido regenerados por Él y en Él, en el Espíritu Santo, para producir frutos de vida.

Cirilo de Alejandría.- Comentario al Evangelio de Juan, 10,2.