La paz esté con vosotros

La paz de Cristo. Jesús saluda a sus discípulos con estas palabras: “Paz a vosotros”, definiéndose a sí mismo como la paz. En efecto, los que están cerca de Cristo gozan de la paz y de la tranquilidad de espíritu. Es lo mismo que auguraba Pablo a los fieles cuando decía: “La paz de Dios, que supera toda inteligencia, guarde vuestros corazones y vuestra inteligencia” (Flp 4,7). En efecto, la paz de Cristo, que supera toda inteligencia, no es cosa distinta de su Espíritu, que colma con toda clase de bienes a los que participan de Él.

San Cirilo de Alejandría.- Comentario al evangelio de Juan, 12,1.