Bienaventuranzas

Bienaventurado el pobre, rico en DiosConocemos a muchos pobres, pero no son bienaventurados  solo por ser pobres; porque no nos hace bienaventurados la penuria de la pobreza, sino la fe de una pobreza devota. Pues sabemos que muchos carecen, sí, de los bienes del mundo, pero no abandona de ninguna manera sus pecados y son extraños a la fe en Dios; es claro que éstos no se les puede llamar bienaventurados. Y por eso debemos indagar quienes son esos bienaventurados de quienes dice el Señor: “Bienaventurados los pobres de espíritu porque de ellos es el reino de los cielos”. Indica, sin duda, que son bienaventurados estos pobres: los que, despreciadas las riquezas del mundo y desdeñados los bienes del siglo, quisieron ser pobres ante el mundo para hacerse ricos ante Dios. Estos tales parecen pobres al siglo, pero son ricos ante Dios; ante el mundo carecen, ante Cristo están en la opulencia.

Cromancio de Aquileya.- Comentario al Evangelio de Mateo, 17, 2, 1-2.