Tres tipos de resultados

“Pero el que fue sembrado en tierra buena es el que oye la palabra y la comprende, éste produce fruto”. Así como había tres variedades en la tierra mala: junto al camino, lugares pedregosos y sitios espinosos, así también hay tres variedades en la tierra buena: produce ya sea cien, ya sesenta, ya el treinta por uno. Tanto en una como en otra lo que cambia no es la substancia, sino la disposición. Los que reciben la semilla son los corazones tanto de los incrédulos como de los creyentes. “Viene el maligno”, dice, y arrebata lo sembrado en sus corazones. Por segunda y tercera vez, dice: “Éste es el que escucha la palabra”. También en la explicación de la tierra buena dice, éste es “el que escucha la palabra”. Por tanto primero debemos escuchar, luego entender y después de haber entendido, producir el fruto de la enseñanza, y dar cien, sesenta o treinta.

San Jerónimo.- Comentario al Evangelio de Mateo, 2,13-23.